El diámetro, la calidad y un buen lavavajillas industrial son factores que influyen para elegir las copas de cristal para vinos de tu negocio.
Cómo acertar al elegir tu copa de vino
Cómo acertar al elegir tu copa de vino
Si tienes un restaurante con una interesante carta de vino, sabrás perfectamente que contar con una cristalería para cada tipo de vino es casi tan importante como saber elegir cada botella. El diámetro de la copa, la forma de la boca o el tipo de cristal son sólo algunos de los aspectos que marcan la diferencia a la hora de percibir aromas o permitir una oxigenación óptima.
Te contamos algunas claves para acertar qué copas de cristal para vinos comprar para tu negocio.
1. El diámetro de la copa
Lo primero que tenemos que fijarnos para elegir una buena cristalería es que el diámetro de la boca sea menor que el del cuerpo de la copa. De esta forma se facilita que los aromas se concentren dentro de la copa. Además, nos permite hacer girar el caldo para abrir el vino y que nuevos matices y olores afloren en la degustación.
2. La calidad del material
Aunque seguro que has visto colecciones de cristalería en colores y diseños de tendencia, los verdaderos conocedores elegirán siempre una copa de cristal transparente completamente incolora. No solo es importante la transparencia del material, sino su calidad y su grosor, que no debería superar el milímetro. Los cristales de buena calidad resisten a los cambios de temperatura sin que se produzcan grietas, roturas o desgaste.
Para conservar aún mejor estos materiales, es muy importante elegir soluciones de lavado industrial con la última tecnología. Los lavavajillas industriales Winterhalter adaptan los programas, la presión del agua y la cantidad de detergente utilizado al tipo de material y el grado de suciedad. Con procesos controlados al máximo, los restaurantes y empresas de catering alargan al máximo la vida útil de sus copas de vino.
3. La importancia del lavavajillas industrial para evitar olores
Además de incoloras, las copas deben estar perfectamente limpias y libres de cualquier olor. El uso de detergentes perfumados o de demasiado producto abrillantador dejará residuos en la copa y contamina la experiencia del vino.
Las marcas del agua y de restos de cal dejan residuos en las copas inaceptables para servicios de calidad. Estas marcas aparecen cuando los lavavajillas industriales utilizados no acaban totalmente con la humedad durante el secado. Recurrir a toallas, trapos o a dejar las copas boca abajo para que terminen de secarse no es una solución. Secarlas a mano puede dejar fibras dentro de la copa, y, en el caso de colocarlas boca abajo, las copas pueden acumular olores. Las solución es revisar los procesos de secado y buscar soluciones de lavado que eliminen por completo la humedad en esta fase final.
4. Las copas de vino tinto
Para el vino tinto se recomiendan copas más grandes que para el blanco, ya que permitirá un mayor contacto con el aire y que se potencie su oxigenación. Las principales copas para servir y degustar vino tinto son las de Burdeos y la de Borgoña.
La primera es la más común en los restaurantes españoles, ya que permite disfrutar de vinos con cuerpo y aromas potentes. Es más alta y estilizada que la de Borgoña y con el cuello cerrado, y se recomienda para vinos jóvenes, de crianza, de uva garnacha y de uva fina.
La copa de Borgoña fue diseñada para los vinos pinot noir de la región francesa homónima, vinos cuyo sabor va apareciendo una vez que retenemos el vino en la boca. Esta copa, más abierta, permite que el vino se oxigene mejor y se abra. Te la recomendamos para aquellos vinos más maduros que hayan pasado por barrica y luego por botella.
5. La copa de vino blanco
Dentro de los blancos también encontrarás principalmente dos tipos de copas que deberás tener en cuenta en función del vino que vayas a servir, aunque en cualquier caso las copas son más pequeñas que las de tinto para conservar su frescura. La copa de Chardonnay se utiliza para los vinos más afrutados que desde el primer sorbo despliegan todos sus aromas. Por eso, la copa es más baja y abierta que la de los blancos secos.
Para los secos, la copa suele ser más grande, con un tallo alto y un cuello más estrecho y cilíndrico. Para los vinos gallegos o los verdejos esta es la mejor opción, ya que la forma del cáliz permite que los aromas, no tan intensos, se concentren y potencien.
6. Las copas de champagne
En el caso de los vinos espumosos, encontrarás diferentes formatos, algunas más amplias y otras alargadas y aflautadas. La copa con forma de flauta es en realidad la que debes buscar para acertar en tu cristalería, ya que su tallo largo permite que las burbujas se formen en la base y suban a la superficie.
Si quieres conocer cuál es la importancia de contar con la mejor copa para tu vino, compartimos contigo de José Ferrer, embajador de los vinos de Jerez, que participó recientemente en una cata organizada en Jaén en la que también se pudo degustar jamón de bellota de La Dehesa de los Monteros.