Lavacubiertos
Lavado de cubiertos en la gastronomía
Sin marcas, ni manchas. Cubiertos perfectamente limpios, higiénicos y relucientes sin necesidad de volver a pulirlos directamente al sacarlos de la máquina. ¡Así se lavan los cubiertos!
El lavado de cubiertos sin pulido tiene una larga tradición en Winterhalter.
Como especialistas en lavado que somos, hace tiempo que desarrollamos una solución para lavar los cubiertos. La necesidad de los clientes estaba clara: conseguir que los cubiertos queden limpios y relucientes sin tener que pulirlos a mano. Así pues, en 1983 salió al mercado el primer lavacubiertos industrial de Winterhalter. Gracias al perfeccionamiento de las últimas décadas, de aquí surgió el modelo actual de referencia del lavado de cubiertos: una solución completamente desarrollada que utilizan hosteleros de todo el mundo. Las necesidades de aquel entonces no han cambiado. Al contrario: En estos tiempos de escasez de personal, altos precios en la energía y costos altísimos, unos cubiertos sin rayas, recién sacados del lavavajillas y sin pulir, son más importantes que nunca.
¿Qué ventajas tiene el lavado de cubiertos con Winterhalter?
La solución para el lavado de cubiertos
En el lavado industrial, la mayoría de proveedores trabajan con una combinación de máquina, tratamiento de agua, canastilla y productos químicos de lavado. Sin embargo, esto por sí solo no ofrece buenos resultados. La clave es adaptar con precisión todos los componentes al material y la forma de los elementos que hay que lavar, así como armonizar con exactitud los componentes entre ellos. Solo así se consigue una interacción realmente eficaz y una solución tan perfecta que no se necesita ninguna tecnología especial para obtener un resultado de lavado de primera clase. Winterhalter domina esta forma de pensar a la perfección. De hecho, hosteleros de todo el mundo confían en la solución inteligente del especialista en lavado para lavar sus cubiertos.
Para el lavado de cubiertos apostamos por una solución inteligente sin aparatos adicionales ni mecánica especial porque el resultado es perfecto y porque queremos ofrecerles a nuestros clientes una solución lo más sencilla, ágil y rentable posible.
El camino hacia los cubiertos sin pulido.
¿Cómo logra Winterhalter que los cuchillos, tenedores y cucharas salgan relucientes del lavavajillas? La clave es una interacción compleja entre distintos factores. Dicho de forma sencilla: durante el lavado, el agua y un detergente para cubiertos se encargan de eliminar la suciedad eficazmente. La posición vertical en los cestillos de la canastilla permite que los cubiertos se laven perfectamente por todos los lados. La alta presión del agua refuerza el proceso de limpieza, mantiene los cubiertos en un ligero movimiento y, en combinación con la innovadora geometría de difusores, evita que se produzcan sombras de pulverización.
En el aclarado, el abrillantador y el tratamiento de agua despliegan todo su efecto: la capa de agua se escurre perfectamente y, gracias al agua osmótica, a la que se le extrae hasta el 98 por ciento de las sales y los minerales, no quedan manchas en los cubiertos. La alta temperatura del agua hace que los cubiertos absorban tanta energía térmica que se sequen hasta los últimos restos de agua sin dejar rastro.
De este modo, los cubiertos salen de la máquina divinamente lavados, perfectamente secos y relucientes. Y todo esto sin tener que recurrir a una máquina pulidora, para la que no suele haber espacio, y sin tener que pulir después, que tampoco conviene debido a la inversión de tiempo, a la escasez de personal y a los riesgos higiénicos.
Así de simple puede ser lavar los cubiertos
❶ Llenar la canastilla
En los cestillos de la canastilla para cubiertos se colocan los cuchillos, las cucharas y los tenedores en vertical. De este modo, se limpian perfectamente por todos los lados y el agua se escurre impecablemente después del lavado.
❷ Iniciar el programa
En el programa de cubiertos, todos los parámetros están adaptados a la limpieza de cubiertos de acero inoxidable y plata, como la temperatura, la presión y la duración del lavado, así como la dosificación de los productos químicos de lavado.
❸ Sacar unos cubiertos brillantes
Pasados unos minutos, ya se pueden sacar los cubiertos, higiénicamente limpios y relucientes, y guardarlos o reutilizarlos. No hace falta pulirlos adicionalmente.
Trucos y consejos para el lavado de cubiertos
Lavar la plata aparte
Los cubiertos de plata no se deben lavar junto con los de acero inoxidable.
Las reacciones químicas podrían dañar la plata, que es un material que requiere un detergente muy delicado.
No esperar mucho
Los cubiertos se deben lavar lo antes posible después de usarlos. Cuanto más se espera, más intensamente se seca la suciedad, pudiendo esta atacar el material. Las consecuencias son la decoloración y el deterioro de la superficie.
Remojar si es necesario
Si no se van a lavar enseguida, es mejor juntar los cubiertos en un recipiente y ponerlos en remojo en agua caliente. Para ello, conviene utilizar el detergente para remojo de cubiertos por inmersión A 100 e, que realiza un prelavado con enzimas y es muy delicado con el material y la piel.
Eliminar los restos de comida grandes
Los restos de comida grandes se deben eliminar de los cubiertos antes de colocarlos en la canastilla. Esto mejora el resultado del lavado.
Colocar los cubiertos correctamente
Colocar los cuchillos, tenedores y cucharas mezclados con el mango hacia abajo en el cestillo. De esta manera, los cubiertos se mojan perfectamente con el agua de lavado y se previenen las sombras de pulverización. Excepción: los cuchillos muy puntiagudos deben colocarse en el cestillo con la hoja hacia abajo para evitar el riesgo de lesiones al retirarlos.
Dejar enfriar brevemente
Después del lavado, sacar la canastilla de la máquina de inmediato y dejarla reposar brevemente. Así, los cubiertos se pueden enfriar un poco y son más cómodos de recoger.
Renovar el brillo
Si los cubiertos de acero inoxidable se deslucen con el tiempo y se ponen mates, se puede recuperar su brillo original con una limpieza en profundidad. Para ello, colocar los cubiertos en un baño de inmersión con agua caliente y añadir el detergente para cubiertos A 30 CT.